Por: Ing. Emily Faría.
La tecnología de contabilidad distribuida, conocida también
como Bitcoin, blockchain o cadena de bloques, fue lanzada al mundo en el año
2009 como un sistema financiero que permitiría ejecutar transacciones entre
pares sin necesidad de un intermediario garante de la confiabilidad del proceso,
siendo la criptografía el sustituto de esa confianza. La cadena de bloques de
Bitcoin es un libro de contabilidad distribuido público, donde todas las
transacciones que allí se añaden pueden ser chequeadas por cualquier persona en
el mundo. Para mantenerlo, existe una serie de nodos o computadores que manejan
una copia de toda la cadena y que velan porque no se altere ni el orden ni la
información allí registrada.
Dicho proceso de mantener a la cadena de bloques es
conocido como minería. La minería de Bitcoin se basa en realizar cálculos
matemáticos de forma iterativa para añadir nuevos bloques cargados de
transferencias a la blockchain. La minería requiere de equipos tecnológicos con
poder de procesamiento, como CPU y tarjetas gráficas, adicionalmente a los
equipos tecnológicos diseñados especialmente para tal fin. Estos dispositivos
requieren estar conectados las 24 horas del día para mantener la red, además de
estar en un ambiente fresco para evitar sobrecalentamiento, requiriendo así de
equipos de refrigeración. De tal manera que esta actividad consume grandes
cantidades de energía eléctrica y libera mucho calor en el proceso, además de
generar ruido.
Por tal motivo, esta actividad ha sido criticada en
especial por consumir grandes cantidades de energía eléctrica, la cual pudiese
ser aprovechada, por ejemplo, para proveer de electricidad a poblaciones que no
cuentan con la misma.
En este punto es importante resaltar que según la ONU la
energía es el factor que más contribuye al cambio climático, representando
alrededor del 60% de las emisiones de gas de efecto invernadero. Aunado a ello,
este organismo internacional señala que a la par del crecimiento poblacional
crecerá la demanda de energía, por lo que se hace necesario invertir en fuentes
de energías limpias.
En el actual mundo globalizado, la electricidad se ha
vuelto imprescindible para prácticamente todas las actividades humanas. Además,
a nivel mundial, la principal fuente de energía es el conjunto de combustibles
fósiles, los cuales son la principal fuente de dióxido de carbono, el gas de
efecto invernadero de origen antropogénico de mayor influencia en el
calentamiento global. Por ello, las iniciativas apuntan a buscar fuentes de
energía renovable, a pesar de que estas también tienen sus desventajas en
cuanto a eficiencia, economía, tecnificación y a que no son accesibles a
cualquier país o idóneas para cualquier ubicación geográfica
Dadas sus bondades en cuanto a transparencia, seguridad e
inmutabilidad, la tecnología blockchain está siendo estudiada y aplicada en
otros ámbitos más allá de las finanzas, incluso en iniciativas relacionadas con
la sustentabilidad y la energía renovable, de modo que sus potenciales
beneficios a la sociedad podrían justificar su consumo eléctrico.
Por ello, se podrían plantear algunas alternativas en vez
de dejar a un lado a la tecnología blockchain o en todo caso, al protocolo en
el que se basa, llamado Prueba de Trabajo. Si la energía que se consume en el
proceso de minería es proveniente de fuentes fósiles, se debería verificar que
sea obtenida a través de tecnologías limpias de combustión, o si es el caso, de
alguna fuente de energía renovable. De hecho, los pools de minería pudieran
tener sus propias fuentes de energía destinados solo para tal fin (controlando
sus emisiones de CO2) de manera que alimenten a los equipos mineros
y a los sistemas de refrigeración, y que a su vez la actividad no influya en la
demanda de electricidad de las comunidades.
En lo que respecta al calor emitido por los equipos
mineros, este pudiera ser aprovechado para la calefacción. En Siberia, Rusia, existen
propuestas de ese tipo, y al ser una zona de bajas temperaturas, no requieren
dispositivos de refrigeración.
En cuanto al ruido que generan estos equipos y a la
magnitud de los desechos electrónicos que esta actividad pudiera generar es aún
menor la literatura al respecto, pero es de presumir que en lo que se refiere a
desechos, se trataría de volúmenes elevados, por lo que es otro aspecto que
también merece atención y dentro del cual se podrían idear alternativas para
disminuir su impacto.
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