lunes, 7 de mayo de 2012

La Susgentebilidad


Arq.Liliana Romero
C.I. 14.458.567
Maracaibo, Febrero de 2012

La susgentebilidad[1]

   Parece fácil incorporar el término de sustentabilidad a proyectos,  leyes, planes, noticias y cuanta cosa se nos ocurra de nuestra vida cotidiana. aunque para algunos esta terminología sea ajena,  la sustentabilidad abarca casi todos los aspectos del ser humano; desde el metabolismo lo que consumimos y como lo administramos para la realización de nuestras tareas diarias, aplica de igual forma para nuestros sentimientos, presupuesto, tiempo, entre otros, sabemos que existen recursos de estos que pueden reponerse, se transforman, evolucionan, se incrementan ,disminuyen y se gastan, pero instintivamente buscamos la manera de preservar lo que tenemos para lograr el equilibrio y la estabilidad necesaria para funcionar, unos buscan funcionar con más de lo que necesitan, otros se acostumbran a tener menos lo cual también trae consecuencias negativas y otros simplemente fluctúan en lo que creen es adecuado o no para funcionar.
    Este instinto de preservación al salir de nosotros mismos y ubicarse en nuestro espacio inmediato parece difuminarse, manteniéndose firme y consolidado en un individuo aislado que ambiciona o que simplemente se mantiene en el tiempo. Toca cuestionarse el valor del colectivo, el sentido común y la búsqueda de propósitos en conjunto y preguntarnos si el lugar donde vivimos no es de nuestro interés y si la conservación de dicho espacio en las clases sociales que sea, el país que sea, con los niveles de instrucción que sea, bajo el gobierno de quien sea, si realmente existe un instinto de preservación mas allá del interés egoísta del propio mantenimiento.
    Vale la pena auto cuestionarnos y revisar en este preciso momento que leemos estas líneas, ¿Que exactamente hacemos de forma consiente para la preservación de nuestro medio inmediato?, si controlamos lo que emitimos, lo que consumimos, si retribuimos lo que aprovechamos si reponemos lo que quitamos si tenemos conciencia de la magnitud de nuestras acciones diarias, es decir lo que conocemos comúnmente como huella ecológica[2], que no es más que el indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, relacionándola con la capacidad ecológica de la tierra de regenerar sus recursos, por lo que el tamaño de la huella será menor o mayor a partir de lo que le cueste mas a la tierra regenerarse de la acción efectuada.
   Este trabajo de reconocimiento individual tiene que ir acompañado de un refuerzo a todos los niveles desde el hogar y la escuela. Parte de la responsabilidad de la inconsciencia, mas allá de la educación, es la disponibilidad real a la información certera de que hacer y como hacerlo desde el individuo, desde la casa, sin subsidio del gobierno, sin diplomas y como se puede aportar positivamente o negativamente al desgaste del medio ambiente en el que vivimos.
   Incorporando el factor tiempo es necesario tener en cuenta que de lo que tengamos conciencia hoy, es con lo que realmente contaremos en un futuro tan próximo como el día de mañana y esa parte de la definición de sustentabilidad que menciona no comprometer a las generaciones futuras, parece hacernos una visión distante de una realidad cada vez más cerca, pero lastimosamente predomina una idea de que no nos pasará a nosotros o está muy lejos para preocuparnos hoy…nuevamente reforzando el egoísmo y la conservación del yo!  Sin asumir que el YO está comprometido también en dicha proyección.
Como una metáfora biológica, se puede decir que toda comunidad existe como una Red de procesos, actos, encuentros, conductas, emociones, técnicas, entre otros elementos, que configuran un sistema de relaciones de convivencia que penetra en todos los aspectos del vivir de los niños, niñas y jóvenes que crecen en dicha comunidad en el curso de transformarse  en adultos en todas las dimensiones de su hacer y de su emocionar. Por esta razón, la educación, como proceso de transformación en la convivencia, ocurre en todas las dimensiones relacionales del vivir, tanto en el espacio íntimo de la familia, como en los espacios públicos de la calle, el parque, o los medios de comunicación que, como redes de conversaciones que entrelazan el hacer y el emocionar, definen cotidianamente lo deseable y lo no deseable, lo legítimo y lo ilegítimo, lo aceptable y lo no aceptable, en el convivir comunitario.
   Es por lo antes expuesto que la  eco alfabetización[3] como materialización del sueño de poner al alcance de todos de forma consciente lo que a diario procesamos y no preservamos o administramos es la base para cualquier política, tratado, acuerdo o compromiso al que se pueda someter cualquier pueblo de cualquier lugar de este planeta.
Sin que la riqueza o los niveles de desarrollo y tecnología dispuestos intervengan, es definitivamente en el ser humano, como principal factor modificador del medio ambiente en el que se deben enfocar todas las iniciativas ecológicas globales.
En resumen nuestro futuro próximo es en unas horas y aunque sea por ejercicio "individual” preguntémonos ¿Qué estoy haciendo YO por ser sustentable en el tiempo en el planeta tierra?
Una vez más concluyo que la sustentabilidad está en la gente, debemos pensar el planeta en términos de susgentebilidad.


[1] Este término no existe, es un juego de palabras hecho por el autor para fusionar la “SUSTENTABILIDAD” y la “GENTE”
[2] Definición extraída de los Términos de Referencia para la Ciudad Ecológica “Rafael Urdaneta”2.009
[3] Definición extraída de los Términos de Referencia para la Ciudad Ecológica “Rafael Urdaneta”2.009

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