Arq.Liliana Romero
C.I. 14.458.567
Maracaibo, Febrero de
2012
La susgentebilidad[1]
Parece fácil incorporar el término de
sustentabilidad a proyectos, leyes,
planes, noticias y cuanta cosa se nos ocurra de nuestra vida cotidiana. aunque
para algunos esta terminología sea ajena,
la sustentabilidad abarca casi todos los aspectos del ser humano; desde
el metabolismo lo que consumimos y como lo administramos para la realización de
nuestras tareas diarias, aplica de igual forma para nuestros sentimientos, presupuesto,
tiempo, entre otros, sabemos que existen recursos de estos que pueden
reponerse, se transforman, evolucionan, se incrementan ,disminuyen y se gastan,
pero instintivamente buscamos la manera de preservar lo que tenemos para lograr
el equilibrio y la estabilidad necesaria para funcionar, unos buscan funcionar
con más de lo que necesitan, otros se acostumbran a tener menos lo cual también
trae consecuencias negativas y otros simplemente fluctúan en lo que creen es
adecuado o no para funcionar.
Este instinto de preservación al salir de nosotros mismos y ubicarse en nuestro
espacio inmediato parece difuminarse, manteniéndose firme y consolidado en un individuo
aislado que ambiciona o que simplemente se
mantiene en el tiempo. Toca cuestionarse el valor del colectivo, el
sentido común y la búsqueda de propósitos en conjunto y preguntarnos si el
lugar donde vivimos no es de nuestro interés y si la conservación de dicho espacio en las clases sociales que sea, el
país que sea, con los niveles de instrucción que sea, bajo el gobierno de quien
sea, si realmente existe un instinto de preservación mas allá del interés
egoísta del propio mantenimiento.
Vale la pena auto cuestionarnos y revisar
en este preciso momento que leemos estas líneas, ¿Que exactamente hacemos de
forma consiente para la preservación
de nuestro medio inmediato?, si controlamos lo que emitimos, lo que consumimos,
si retribuimos lo que aprovechamos si reponemos lo que quitamos si tenemos
conciencia de la magnitud de nuestras acciones diarias, es decir lo que
conocemos comúnmente como huella ecológica[2],
que no es más que el indicador del impacto ambiental generado por la demanda
humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta,
relacionándola con la capacidad ecológica de la tierra de regenerar sus recursos,
por lo que el tamaño de la huella será menor o mayor a partir de lo que le
cueste mas a la tierra regenerarse de la acción efectuada.
Este trabajo de reconocimiento individual
tiene que ir acompañado de un refuerzo a todos los niveles desde el hogar y la
escuela. Parte de la responsabilidad de la inconsciencia, mas allá de la
educación, es la disponibilidad real a la información certera de que hacer y
como hacerlo desde el individuo, desde la casa, sin subsidio del gobierno, sin
diplomas y como se puede aportar positivamente o negativamente al desgaste del
medio ambiente en el que vivimos.
Incorporando el factor tiempo es necesario
tener en cuenta que de lo que tengamos conciencia hoy, es con lo que realmente
contaremos en un futuro tan próximo como el día de mañana y esa parte de la
definición de sustentabilidad que menciona no comprometer a las generaciones
futuras, parece hacernos una visión distante de una realidad cada vez más cerca,
pero lastimosamente predomina una idea de que no nos pasará a nosotros o está
muy lejos para preocuparnos hoy…nuevamente reforzando el egoísmo y la
conservación del yo! Sin asumir que el
YO está comprometido también en dicha proyección.
Como
una metáfora biológica, se puede decir que toda comunidad existe como una Red de procesos, actos, encuentros,
conductas, emociones, técnicas, entre otros elementos, que configuran un
sistema de relaciones de convivencia que penetra en todos los aspectos del
vivir de los niños, niñas y jóvenes que crecen en dicha comunidad en el curso
de transformarse en adultos en todas las
dimensiones de su hacer y de su emocionar. Por esta razón, la educación, como proceso de transformación en la convivencia,
ocurre en todas las dimensiones relacionales del vivir, tanto en el espacio
íntimo de la familia, como en los espacios públicos de la calle, el parque, o
los medios de comunicación que, como redes de conversaciones que entrelazan el
hacer y el emocionar, definen cotidianamente lo deseable y lo no deseable, lo
legítimo y lo ilegítimo, lo aceptable y lo no aceptable, en el convivir comunitario.
Es por lo antes expuesto que la eco
alfabetización[3] como
materialización del sueño de poner al alcance de todos de forma consciente lo
que a diario procesamos y no preservamos o administramos es la base para
cualquier política, tratado, acuerdo o compromiso al que se pueda someter
cualquier pueblo de cualquier lugar de este planeta.
Sin que la riqueza o los
niveles de desarrollo y tecnología dispuestos intervengan, es definitivamente en
el ser humano, como principal factor modificador del medio ambiente en el que
se deben enfocar todas las iniciativas ecológicas globales.
En resumen nuestro futuro
próximo es en unas horas y aunque sea por ejercicio "individual”
preguntémonos ¿Qué estoy haciendo YO por ser sustentable en el tiempo en
el planeta tierra?
Una vez más concluyo que la
sustentabilidad está en la gente, debemos pensar el planeta en términos de susgentebilidad.
[1]
Este término no existe, es un juego de palabras hecho por el autor para
fusionar la “SUSTENTABILIDAD” y la “GENTE”
[2]
Definición extraída de los Términos de Referencia para la Ciudad Ecológica
“Rafael Urdaneta”2.009
[3]
Definición extraída de los Términos de Referencia para la Ciudad Ecológica
“Rafael Urdaneta”2.009
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